20 claves para comprender el desastre económico que se nos avecina

¿Cuánto sufrimiento humano adicional puede generar la ineptitud de nuestros políticos y banqueros? Por desgracia, vamos a conocer pronto la respuesta. La crisis española ha atravesado el punto de no-retorno. Nuestra situación en 20 claves:

1) En los últimos cuatro años, la tasa de desempleo en España ha aumentado del 9% al 23%.

2) En el mismo periodo, el desempleo en Alemania ha caído del 9% al 6%. En EEUU ha pasado del 4% al 8%.

3) El bono español a 10 años lleva tres semanas por encima del 6%. Esta tasa de interés es insostenible para un estado con el déficit público que tiene ahora España.

4) Alemania, por primera vez en su historia, ha colocado deuda en el mercado al 0%. Es decir, los inversores prefieren dar su dinero gratis al gobierno alemán -incluso perderán algo por la inflación- antes que invertirlo en cualquier otro negocio.

5) Estos desequilibrios son insostenibles entre países que comparten la misma moneda pero no gozan de una unión política ni fiscal (como sí ocurre entre los estados que forman los EEUU).

6) La deuda externa (pública + privada) acumulada durante el “boom” por España es de 2.000 billones de euros. Para haceros una idea, eso correspondería a 41.000 euros por ciudadano.

7) España está ofreciendo una imagen lamentable. Bankia revisa sus cuentas de 2011 y resulta que las perdidas no eran 40 millones de euros sino 3.300 millones (¡casi 100 veces más!). El lunes pasado, el ministro de Economía dice que el rescate del banco no pasará de los 12.000 millones y cinco dias después, resulta que son 23.000. ¿Qué extranjero va a arriesgarse a prestarnos dinero si cada día se demuestra que toda la información que damos es falsa?

8) Como el gobierno español no encuentra dinero para financiarse, se hacen recortes. Pero cuanto más profundos son los recortes, más decrece la economía. Y cuanto más decrece la economía, menos se recauda en impuestos. Estamos entrando en una “espiral de deuda”: los recortes, en vez de disminuir el déficit, terminan por aumentarlo.

9) En España el precio de la vivienda sólo ha caído un 13% desde el comienzo de la crisis. Es absurdo: en lugares que sufrieron burbujas inmobiliarias similares a la nuestra (Irlanda o Florida), el precio de la vivienda ha bajado alrededor del 50%. ¿Por qué no ha ocurrido lo mismo en España? Porque los bancos no se atreven a sacar sus pisos al mercado. En cuanto lo hagan, deberán reconocer pérdidas billonarias.

10) Finalmente, después de 3 años de puro fraude, los bancos van a tener que decir la verdad sobre sus balances. Hemos tenido que acabar llamando a auditores extranjeros, porque ya nadie se cree ni a los bancos españoles ni a las instituciones que debían regularlos.

11) La Unión Europea lleva desde el inicio de la crisis improvisando y aplicando parches puntuales. Grecia, Irlanda y Portugal son economías muy pequeñas en tamaño. Sumadas, las economías de España e Italia son más grandes que la economía de Alemania. Si Madrid o Roma acuden a un rescate, todas las soluciones anteriores son inoperantes. Y si España o Italia dejasen de pagar su deuda, se llevarían por delante a todo el sistema bancario del continente.

12) El liderazgo europeo es lamentable. Después de casi 4 años de crisis, nadie sabe hacia donde quiere caminar Europa. ¿Eurobonos? ¿Unión política? ¿Cuánto puede aguantar Monti sin legitimidad electoral? ¿Y si el referendum irlandés dice “no” al tratado de estabilidad? ¿Qué pasa si Merkel pierde las elecciones federales del año que viene? La gobernanza de la UE es como Eurovisión: un total despiporring.

13) En los medios internacionales ya se discute abiertamente sobre la posibilidad de una ruptura del euro. Podéis leer columnas sobre el tema en los periódicos “conservadores” (Financial Times, Wall Street Journal), en medios “progresistas” (The Guardian, Der Spiegel), y en lugares “neutrales” (Reuters, AFP, BBC).

14) El gobierno británico ha reconocido que está trabajando en planes de control para inmigrantes europeos en caso de que algún país salga del euro.

15) Como nadie tiene ninguna seguridad de cuál será el futuro de la eurozona, ningún inversor internacional está dispuesto a arriesgarse a meter dinero en países con problemas como España.

16) Más de 700.000 españoles llevan más de 3 años sin empleo. Esas personas tendrán muchísimas dificultades para volver a reincorporase al mercado laboral.

17) Miles de pequeñas empresas españolas están cerrando porque los bancos han cortado todas las líneas de crédito (interesante reportaje este domingo en el New York Times).

18) La semana pasada, la Organización Mundial del Trabajo alertó sobre la posibilidad de una generación perdida en Grecia y España por las elevadísimas tasas de desempleo juvenil. Los estudios corroboran que las personas que tardan tanto tiempo en incorporarse al trabajo, sufrirán perjuicios durante toda su carrera profesional.

19) España tiene el nivel de desempleo juvenil más alto de todo el mundo desarrollado. Esto genera dos dramas: uno personal (imposibilidad de independizarse, formar una familia y vivir su propia vida) y otro social (desperdicio de talento y de personas que podían estar generando riqueza y pagando los impuestos que sostienen los servicios públicos).

20) Más de 1.700.000 familias tienen a todos sus miembros sin trabajo. Un reciente informe de Unicef-España explica que más de 2 millones de niños españoles viven por debajo del umbral de la pobreza.

Por todo esto, cada vez que escucho las explicaciones de nuestros políticos y banqueros, no puedo sino recordar que son las mismas que le daba el Dr. Pangloss a Cándido cada vez que descubrían una atrocidad humana, «tout est pour le mieux dans le meilleur des mondes».


Artículos relacionados:

1) ¿Cómo funciona el rescate de un país?

2) 20 claves para comprender el desastre económico que se nos avecina

3) ¿Cómo sería la salida de España del euro? Guía paso a paso

4) ¿Para qué sirven los bancos?

5) Por qué el rescate bancario no soluciona nada. Muy pronto: intervención o salida del euro.

¿Para qué sirven los bancos?

En los últimos días, los periódicos y las televisiones están repletos de noticias sobre la delicada situación de los bancos españoles. Una y otra vez se repiten frases como: «hemos vivido por encima de nuestras posibilidades» y «la economía sólo se recuperará cuando el crédito vuelva a fluir».

Os propongo que demos un pasito hacia atrás y exploremos una pregunta esencial: ¿para qué sirven los bancos?

¿Qué hace un banco?

Un banco recoge depósitos y concede préstamos.

¿Por qué los bancos son importantes para la economía?

Los bancos son importantes para la economía porque canalizan el dinero «que está parado» (los depósitos) hacia personas que lo utilizarán en alguna actividad.

Imaginemos que yo quiero fundar el mejor blog en castellano. Necesito dinero para pagar a un diseñador web, comprar anuncios en Google y contratar a siete masajistas que alivien la tensión que mi éxito genera. Para eso, pido un préstamo al banco que devolveré en 3 años.

Si mi negocio funciona, todo el mundo sale ganando. Yo, porque no hubiese podido abrir mi web sin el préstamo. Los ahorradores obtienen ciertos intereses por tener su dinero en el banco. El banco gana porque los intereses que yo pago por el préstamo son mayores que los que el banco paga a sus clientes. También ganan el resto de ciudadanos porque la web genera puestos de trabajo y nuevos impuestos.

Los bancos son «el sistema circulatorio» de una economía: canalizan los recursos inutilizados hacia nueva actividad económica. Un sistema financiero que funcione bien es esencial para una economía próspera.

Entonces, ¿los bancos son siempre buenos para la sociedad?

No. Un sistema financiero que funcione mal puede destrozar una economía.

Nuestra crisis es un buen ejemplo del daño que pueden hacer los bancos mal gestionados. La burbuja inmobiliaria se produjo porque los bancos concedieron hipotecas a mansalva. Como era tan fácil conseguir una hipoteca, los precios de la vivienda se dispararon.

Los bancos españoles obtenían gran parte de ese dinero a través de bancos alemanes. Los ahorros en Alemania se canalizaban hacia préstamos en España.

Ahora los alemanes nos dicen que «hemos vivimos por encima de nuestras posibilidades». Esta frase me repele porque contiene un aire moralista bastante bobo. Permitidme reformularla así: «algunas empresas y familias españolas se endeudaron demasiado». Pero también podemos preguntarnos por el otro lado de la ecuación: empresas y familias se endeudaron porque había bancos que les prestaron ese dinero.

Si debemos repartir la culpabilidad entre bancos y familias, los bancos deberían llevarse la mayor parte: ellos poseen muchísima más información que las familias. Además, el trabajo de un banco consiste, precisamente, en valorar si un préstamo es sostenible o no.

Aún más terrible: mucha gente está pagando un enorme precio humano por errores que no cometieron. Muchas de las personas que han perdido su empleo ni habían pedido créditos ni habían especulado con la burbuja inmobiliaria.

¿Debemos rescatar a los bancos?

Resulta sangrante que el Estado inyecte miles de millones en bancos privados (y responsables de la crisis) mientras se recorta en sanidad y educación.

Además, rescatar a los bancos genera profundos dilemas morales. Primero: ¿porqué se rescata a los bancos mientras el resto de empresas desaparecen cuando su negocio fracasa? Segundo: si los bancos saben que el Estado siempre va a rescatarlos, ¿qué incentivo tienen para hacer bien su trabajo? ¡Menudo chollo ser banquero! Cuando el negocio funciona, gano mucho dinero y cuando el negocio va mal, ¡los ciudadanos me pagan el sueldo!

Casi todos los economistas, desde los más «liberales» a los más «progresistas» (e.g. Paul Krugman) opinan que, a pesar de todo, es necesario rescatar a los bancos.

Para comprender este juicio, exploremos la pregunta complementaria: ¿qué ocurre si no rescatamos a los bancos? En primer lugar, muchas familias perderían parte de sus ahorros. Y si el sistema financiero colapsa por completo, casi todas las empresas se irían a la bancarrota en cuestión de semanas.

Estos días se habla mucho de Islandia. Ellos decidieron no rescatar a sus bancos y les ha ido muy bien. El problema es que la situación en Islandia es dificilmente comparable con la nuestra. Islandia es un país muy pequeño (300.000 habitantes) que tenía bancos monstruosos: la mayor parte del dinero que había en esos bancos no pertenecía a ciudadanos islandeses. El marrón se lo acabaron comiendo los fondos de pensiones británicos y holandeses.

Yo creo que la cuestión relevante es esta: ¿qué debemos pedir a los bancos a cambio de un rescate? Para empezar, no podemos permitir que los antiguos gestores se retiren con pensiones millonarias. Segundo, mientras haya dinero público, los bancos deberían priorizar la salud de nuestra economía sobre los intereses de sus accionistas. También deberíamos aprender algo de Islandia: exigir responsabilidades penales a quienes han destrozado las vidas de millones de familias.

Y si usted lee esto, señor Botín: ¿qué hay de mi crédito para contratar masajistas? Bueno, va, como soy un chico aventurero, me conformo con una prima de riesgo.