Zapatero, Rajoy, Relatividad y Mecánica Cuántica

En las primeras décadas del siglo XX, una generación de físicos transformó nuestra concepción del universo con el descubrimiento de la relatividad y la mecánica cuántica.

En los albores del siglo XXI, Jose Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy, dos portentos intelectuales y presidentes del gobierno de España, revolucionaron la historia política de Occidente. Los paradigmas teóricos introducidos por Zapatero y Rajoy fueron bautizados como «política relativista» y «política cuántica» debido a las insólitas semejanzas con sus análogos físicos.

La relatividad de Einstein reposa sobre una constante fundamental: la velocidad de la luz, «c». Ningún objeto en el universo puede viajar más rápido que la luz. La relatividad de Zapatero introduce una nueva velocidad absoluta, representada por dos letras mayúsculas, «ZP». Ninguna forma de gobierno en todo el universo puede destruir más empleos por segundo que ZP.

La dilatación del espacio-tiempo corresponde a la dilatación del déficit en la teoría de Zapatero. Un presidente que viaja a la velocidad mental ZP puede asegurar, antes de marcharse, que el deficit de 2011 era de un 6%. En cualquier otro sistema de referencia, ese déficit mide un 8.5%.

Zapatero inventó también la célebre relación de equivalencia E = m (ZP)2, donde «E» es la tasa de desEmpleo y «m» la masa de Angela Merkel. El paro debe medirse, por lo tanto, en «kilogramos de desempleado/segundo». Rogamos al Instituto Nacional de Estadística que rectifique y utilice estas unidades en sus próximos estudios sobre el mercado laboral español.

Einstein nos enseñó que la percepción del espacio y el tiempo depende del estado de movimiento del observador. Con Zapatero aprendimos que la percepción de la realidad depende del ingenio del gobernante. Sólo un Zapatero atravesando el espacio-tiempo hacia la peor depresión económica en 80 años, puede declarar: «en la próxima legislatura lograremos el pleno empleo» (julio de 2007), «la crisis de EEUU no afectará a España en absoluto» (septiembre de 2007), «la crisis es una falacia, puro catastrofismo» (enero de 2008), «España no está en crisis porque tiene sólidos fundamentos» (febrero de 2008) y «es probable que lo peor de la crisis económica haya pasado ya» (abril de 2009).

Mariano Rajoy generalizó la mecánica cuántica hasta convertirla en un arte de gobierno. Como explicó Louis de Broglie, todo cuerpo en el universo puede comportarse como onda y como partícula (tambien llamada «cuantum»). Por ejemplo, el fotón es el cuantum asociado a la radiación electromagnética. Rajoy demostró que un presidente también tiene su propio cuantum: en su caso, el «cuantum-recortum».

El sueño de cualquier físico consiste en descubrir la teoría que engloba a la mecánica cuántica y a la fuerza gravitatoria. La hipótesis mejor posicionada para lograr la unificación era conocida como «teoría de cuerdas». Rajoy fue más allá, desarrollando la «teoría de sogas», que logra asfixiar la inversión en ciencia y la ayuda al tercer mundo en un mismo decreto-ley.

Rajoy también superó el «principio de incertidumbre de Heisenberg» con el «principio de certidumbre de Mariano». Un gobierno presidido por Rajoy contiene la certidumbre de incumplir todos sus compromisos electorales. En apenas cuatro meses, Mariano Rajoy ha violado sus tres grandes promesas: «no subiré los impuestos», «no abarataré el despido laboral» y «no tocaré ni la educación ni la sanidad».

Mi formación como físico teórico me impulsa a sugerir a mis colegas del CERN el siguiente experimento: introduzcamos a Zapatero y Rajoy en el Gran Acelerador de Hadrones (que sería rebautizado como «Gran Acelerador de Ladrones») y lanzémoslos uno contra otro. Mis cálculos predicen que la colisión creará un agujero negro de estupidez tan intenso que engullirá el universo.

Ojalá las civilizaciones que surjan de futuros Big Bangs demuestren más sensatez eligiendo a sus líderes.

Carta de un investigador al rey don Juan Carlos

Querido Juan Carlos,

Me llamo Alberto Sicilia, y soy investigador de física teórica en la Universidad Complutense de Madrid. Hasta el año pasado, enseñaba en la Universidad de Cambridge. Decidí regresar a España porque quería contribuir al avance científico de nuestro país.

A las pocas semanas de llegar, me llevé la primera alegría: Francisco Camps obtenía un doctorado cum laude apenas 6 meses después de dimitir como presidente de la Generalitat. Escribí dos cartas para felicitarle, pero no me respondió. Paco debe estar muy ocupado. Quizás le contrató Amancio Ortega para que diseñe la colección de trajes primavera-verano.

Abrí la segunda botella de champán al conocer los Presupuestos Generales recién presentados. La inversión en ciencia se recorta en 600 millones de euros. Imagínate que se nos ocurre apostar por la investigación y acabamos ganando un Nobel: quebraríamos el orden geopolítico mundial. Hasta ahora, los Nobel científicos son para británicos, alemanes, franceses o americanos. Nosotros nos llevamos los Tours, los Rolland Garros y las Champions League. Si empezásemos a ganar también en ciencia, ¿qué consuelo quedaría para David, Angela, Nicolas y Barack?

He sufrido la tercera y definitiva conmoción al saber de tu safari. Dicen los periódicos que costó 37.000 euros, dos años de mi salario. Los que nos dedicamos a la ciencia no lo hacemos por dinero. Al terminar nuestras tesis doctorales en física teórica, algunos compañeros se fueron trabajar para Goldman Sachs, JP Morgan o Google. Quienes continuamos investigando lo hicimos por pasión. La ciencia es una de las aventuras más hermosas en las que se ha embarcado la especie humana. Al regresar a España, entendí que atravesábamos una situación económica complicada. Por eso acepté trabajar con muchos menos recursos de los que ofrecía Cambridge y un sueldo inferior al que ganaba cuando era estudiante de primer año de doctorado en París.

Juancar, tengo que darte las gracias. Tu aventura en Botsuana me ha hecho comprender, definitivamente, cómo es el país al que regresé.

Regresé a un país donde el Jefe del Estado se va a cazar elefantes mientras cinco millones de personas no tienen empleo. Regresé a un país donde el Jefe del Estado se opera de prótesis de cadera en una clínica privada, mientras miles de compatriotas esperan meses para la misma intervención. Regresé a un país donde el Jefe del Estado se va de vacaciones en jet privado mientras se fulminan las ayudas a las personas dependientes.

Que yo me marche a otro lugar para seguir mis investigaciones no será una gran pérdida para España. No soy el Einstein de mi generación. Pero me desespera pensar en algunos físicos de mi edad que son ya referentes mundiales en las mejores universidades. Muchos de ellos soñaban con regresar un día a España. Teníamos la oportunidad de cambiar, al fin, la escuálida tradición científica de nuestro país. Nunca volverán.

Hemos convertido España en un gran coto de caza. Pero aquí no se persiguen elefantes ni codornices, sino investigadores. Dentro de poco podremos solicitar subvenciones a WWF por ser especie en extinción.

Permíteme terminar con otra cuestión que me turba. En África hay cientos de jóvenes españoles trabajando como cooperantes en ONGs. Chicos y chicas que viven lejos de sus familias porque quieren aliviar el sufrimiento humano y construir un mundo más decente. Si tenías tantas ganas de viajar a África, ¿porqué no fuiste a abrazar a esos muchachos y a recordarles lo orgullosos que estamos de ellos?

Juancar, en tu último discurso de Navidad afirmaste que «todos, sobre todo las personas con responsabilidades públicas, tenemos el deber de observar un comportamiento adecuado, un comportamiento ejemplar». Y digo yo, si unos meses después tenías planeado ir a cazar elefantes, ¿por qué no te callas?

Dr. Alberto Sicilia.

Segunda carta de un investigador a Francisco Camps

Fuente: orihueladigital.es

Pepiño y Paco discuten sobre los invariantes relativistas globales de la simetría gauge en cromodinámica cuántica.

Querido Paco,

No has respondido a la carta que te escribí la semana pasada para felicitarte por tu doctorado. Paco, necesito escuchar tu voz. Necesito acurrucarme entre tus brazos y que acaricies mi pecho desnudo mientras me susurras al oído historias de aeropuertos fantasmas y sastres malvados.

Me marchito entre ecuaciones diferenciales. Paco, estoy solo y desamparado. ¿Has contemplado el feroz ataque de la prensa francesa contra el panteón patrio? Pobrecitos, tienen demasiadas razones para envidiarnos.

Los franceses ganaron el Nobel de Química en 2005, pero Nadal les arrebató el Rolland Garros de aquel año. Los franceses ganaron el Nobel de Física en 2007, pero Contador se llevó el Tour. Los franceses ganaron el Nobel de Medicina en 2008, pero la Eurocopa fue nuestra. Volvieron a ganar el Nobel de Medicina en 2011, pero el Barça conquistó la Champions.

Están desesperados, ya no saben qué hacer para vencernos.

África comienza en los Pirineos. La talla de nuestros atributos viriles se lo ha demostrado a esos bigotudos huelguistas comequesos.

Nunca podré agradeceros, a toda la clase política española, vuestro diligente esfuerzo por liberar la Patria de miserable canallesca científica. Zapatero prometió que al final de su mandato se invertiría un 2% del PIB en investigación, pero, en realidad, los presupuestos de 2011 dedicaron un 1,3%. Mariano, nada más llegar al poder, decidió eliminar el Ministerio de Ciencia y recortar otros 600 millones.

Tenemos piojos ilustrados repartidos por universidades y laboratorios de medio mundo. ¿Tú sabes el dineral que nos costó educarlos? Ahora lloriquean porque no les ofrecemos la oportunidad de volver a investigar en España. ¿No querían aprender idiomas? ¿No ansiaban conocer mundo? Pues que no vuelvan. Y, de paso, si son tan listos, que ayuden a Merkel con su dieta y a Sarkozy con las hormonas de crecimiento.

Cuentan estos lumbreras que en Ámerica han nacido companías tecnológicas que emplean a miles de científicos e ingenieros. Paco, no te dejes engañar. Internet no existe.

Sólo saldremos de la crisis si cambiamos de modelo productivo. Se acabaron la playa y el ladrillo. Debemos apostar por lo que hacemos mejor que nadie: producir carne. Producir carne en forma de deportista.

¡Más Raúles y menos Ignacios Cirac!

¿Considerar la educación como una cuestión de estado y elevarla por encima de intereses partidistas? ¡Jamás! Nuestra cohesión social se sostiene con La Roja. ¡Yo soy español, español, español y no tenemos un Nobel científico desde 1959, 1959, 1959! Entre los países miembros y candidatos de la UE, sólo Malta y Turquía nos superan en fracaso escolar. ¡A por ellos, oé! En los rankings internacionales, no aparece ninguna universidad española entre las 100 primeras del mundo. ¡Es de Harvard el que no bote, es, es!

Yo comenzaría por elegir a los responsables de un nuevo currículo para nuestras escuelas. La Educación Cívica para Mou, el gentleman británico de Setúbal. La Filosofía para Pep, pues Europa no ha gozado de tanta sabiduría desde la muerte de Aristóteles. Y las Matemáticas, para una mente prodigiosa, la reencarnación -cristiana- de Albert Einstein, el genial Sergio Ramos.

Estas reformas también aumentarían la actividad sexual de la población. ¿Acaso alguien ha ligado diciendo que se dedica a la física cuántica? Ni San Jesucristo, que en paz descanse. Te lo dice alguien con diez años de experiencia en las discotecas de medio continente.

Paco, te lo ruego, responde a mis epístolas. Mi alma se desgarra a cada segundo que pasa sin escuchar tu voz.

Dr. Alberto Sicilia

Nota: la primera carta a Camps está aquí.

Carta de un investigador a Francisco Camps, doctor cum laude

Francisco Camps presenta su tesis doctoral. Foto: elmundo.es

Querido Paco,

Te escribo para felicitarte por tu excelente disertación doctoral. El ingrato tribunal te concedió un sobresalitente cum laude. Te merecías un sobresaliente cum fellatio.

Yo también soy investigador. Después de trabajar durante 7 años en las universidades París y Cambridge, volví a Madrid el pasado diciembre. La escasa ambición intelectual que he encontrado, me hacía reconsiderar la decisión de desarrollar mi carrera en España. Pero tu éxito académico me devuelve la confianza en la calidad científica de nuestro país.

Me entusiasmó que defendieses tu tesis el 10 de Febrero, un día después de la condena del Supremo a Baltasar Garzón. El rojelío de este país ha vuelto a exhibir su histórica necedad. ¿Cómo pueden defender a un juez zopenco e infame frente a un adalid de la honradez y el intelecto? Paco, tienes que estar muy orgulloso. Garzón también persiguió a otros luceros de la Humanidad como Augusto Pinochet.

He leído con gran interés tu disertación titulada «Propuestas para la reforma del sistema electoral». Sugieres la creación de 350 distritos electorales uninomiales con elección directa. Paco, eres demasiado benévolo. Yo hubiese apostado por una circunscripción única. Una Grande y Libre circunscripción. ¿El vulgo quiere democracia? Ya pueden escoger a los expulsados de Gran Hermano: Democracia Real, y semanal. Además, cuando los valencianos han tenido la oportunidad de votar a sus líderes políticos, os han elegido, una y otra vez, a Rita y a ti. Por mayoría absoluta.

¡Comunistas ingratos! ¿Quién llevó la Formula 1 a Valencia? Unos días antes de dimitir como President, firmaste la ampliación del contrato hasta 2020 por 108 millones de euros. Sólo un sagaz lince de la negociación podía arrancarle semejante chollo a Bernie Ecclestone.

Ahora, los gafotas chupasubvenciones protestan por el cierre de 14 laboratorios en el Centro de Investigación Príncipe Felipe de Valencia. Debemos recordarles que semejante bazofia costaba 9 millones de euros anuales a la Generalitat valenciana. ¿Alimentaban a los ratoncillos con caviar de beluga?

La izquierda es pura contradicción: quiere sanidad pública y también investigación biomédica. Y digo yo, ¿qué futuro tendría la sanidad si erradicasemos el cáncer?

Eres doctor por la Universidad de Elche. ¿Quién era el consejero de educación de la Generalitat cuando se fundó esa institución? Tú, Paco. No permitas que manchen tu legado.

Respetando la exquisita tradición academica española, el tribunal de tesis estaba formado por profesionales independientes. Tu director de investigación, Vicente Garrido, es el presidente del Consejo Jurídico Consultivo de Valencia. Un cargo en el que tú le ratificaste antes de dimitir como President. Ahora, las víboras guerracivilistas berrean porque Garrido te eligió como miembro del Consejo el pasado septiembre. ¿Acaso no es justo que un profesor reconozca a un pupilo de tal calibre intelectual?

Comprendo que hayas decidido mantener tu escaño en el Parlament valenciano. Tu puesto en el Consejo Jurídico Consultivo apenas te asigna 60.000 euros anuales, coche oficial, despacho y dos asistentes. Eres, con toda seguridad, el investigador peor remunerado de nuestro país.

Te critican porque llevas 7 meses sin aparecer por tu escaño. ¿Pero cómo pretenden que escribieses tan magnífica tesis a los pocos meses de abandonar la presidencia valenciana? La mayoría de nosotros hemos necesitado 4 años de dedicación plena para completar un doctorado. Eres un titán del intelecto, Paco. No hagas caso a quienes protestan. Somos un país de envidiosos.

No me gustó que tuvieses que defender tu disertación en el edificio Tamarit de la Universidad de Elche. Algún orangután deficiente podría bromear con que el lugar donde te proclamaron doctor lleva el nombre del mayor ilusionista del mundo.

Paco, tenemos pendiente una noche de vicio y desenfreno por las sastrerías de Valencia. Para los trajes, yo visto una 46.

Un caluroso abrazo,

Dr. Alberto Sicilia.


Addendum [añadido el 15/Febrero]: Mis disculpas si he ofendido a algún estudiante o profesor de la Universidad de Elche. No era mi intención. El texto sólo pretendía denunciar, de forma sarcástica, que Camps se doctorase en una universidad en cuya fundación participó y con un director de investigación con quien existía un evidente conflicto de intereses. Perdonad si he molestado a alguien.

Nota: la segunda carta a Camps está aquí.